Axel Kuschevatzky y good show

VERBO
13 min readAug 31, 2020

Conversamos con el exitoso productor argentino que deja su huella en Hollywood y es artífice de éxitos como la ganadora del Oscar El Secreto de sus Ojos y el documental Nasha Natasha, que narra la adoración rusa por Natalia Oreiro, estrenado recientemente en Netflix.

“A nosotros nos afectó igual que a todo el mundo. Por más que en los papeles parezca que uno hace un movimiento soñado y si bien es verdad que fue un momento muy esperado por nuestra parte, tanto a nivel profesional como en términos de familia, en la que como una sociedad todos teníamos que estar de acuerdo en hacer este movimiento, lo cierto es que llegamos acá y al mes y medio tuvimos una pandemia, tres terremotos, saqueos, una semana de toque de queda… Me atrevo a decir que fue un año excepcional” cuenta a carcajadas Axel Kuschevatzky, instalado junto a su familia desde enero en Culver City, Los Ángeles, luego del fenomenal acuerdo entre su productora, Infinity Hill y Viacom para lanzar películas en español.

Axel junto a Patricia Molina, su mujer, en Culver City — Crédito: Infobae

El equipo de VERBO necesitó tres horas y más de 4 hojas A4 para anotar su tan rica como diversa experiencia. De ésta podemos destacar éxitos como las películas “El Secreto de sus Ojos” con la que ganó un Oscar, “Un Cuento Chino”, “Relatos Salvajes”, “El Clan”, “El Ángel” y la más reciente, “El Robo del Siglo”. También las series “La Niñera” y “Casados con Hijos”, y su trabajo junto a Telefe; un pasado como actor con papeles para, por ejemplo, Emir Kusturica y el documental Nasha Natasha, recientemente estrenado en Netflix, sobre la gira de Natalia Oreiro por Rusia, donde la aman a un nivel inimaginado, y que está teniendo un éxito increíble. Por último, sus años haciendo la “Alfombra Roja” de los Premios Oscar para Canal 9, primero, y Turner luego, entrevistando a íconos del cine mundial como Martin Scorsese, Woody Allen, Clint Eastwood, James Cameron, George Lucas, Anthony Hopkins, Cate Blanchett, Joaquín Phoenix, Willem Dafoe, Ewan Mc Gregor, Will Smith, Danni De Vitto, Robin Williams, George Clooney, Brad Pitt, Emma Watson, Sharon Stone, Sandra Bullock, Cameron Díaz, Catherine Zeta Jones y, entre muchos otros, Viggo Mortensen con quien comparte la pasión por San Lorenzo. “Allana mucho el camino con Viggo hablar de San Lorenzo”, cuenta entre risas una vez más.

Axel y Viggo Mortensen, dos cuervos en Hollywood — Crédito: Infobae.

“Cuando pasa el tiempo y miras atrás, pensás en el camino que te trajo hasta donde estás. Yo lo que siento es que fui todo lo coherente y responsable que pude ser. Obviamente, hay cosas de las que no estoy orgulloso, aunque esas cosas también construyeron, entonces no miro hacia atrás con nostalgia”, resalta el argentino, al tiempo que destaca que su presente tiene más bien que ver con su yo adolescente. “Quienes interpretan mejor mis sueños son mis hijos que a sus 8 y 12 años, son todo lo que yo hubiera querido ser. Los miro y siento que hice bien las cosas”.

Intentamos pedirle que hiciera un top 5 de los puntos más altos de su carrera y, como un padre al que le preguntan a cuál de sus hijos quiere más, nos respondió que no podía hacerlo porque ama todas las películas y proyectos en los que trabajó. “Lo que sí puedo enumerar, son los momentos que tengo claro que cambiaron mi existencia, los cinco momentos bisagra en mi carrera”, los cuales enumeró de la siguiente manera:

  • Sacar la revista La Cosa. “Fue un punto de quiebre, porque sentí que podía generar un proyecto propio. Fue un momento muy muy fuerte”.
  • La Niñera, porque “fue la primera vez que fui parte de la creación de una ficción que funcionaba y que fue un gran aprendizaje en construcción narrativa, en cómo relacionarte con la audiencia, en lidiar con los problemas cotidianos de una ficción. Todo eso, además de que trabajé con gente alucinante, que ví toda mi vida: Marcos Mundstock, Daniel Rabinovich, Roberto Carnaghi, Juan Carlos Meza, Guido Gorgatti, Carmen Vallejos. “La Niñera fue un “ok, estoy en la misma habitación de gente que crecí viendo, estoy trabajando con ellos”. Un flash. Fue una gran gran experiencia”.
  • La Alfombra Roja de los Oscars, para Turner. “Amo el cine. Aún transversalmente, porque no es lo mismo que hacer una película, estar ahí fue una apertura de mente total y absoluta”.
  • El Secreto de Sus Ojos. “Fue la primera película en la que laburé y que, con todo el camino que hizo, fue una iluminación constante y un gran aprendizaje”.
  • El lanzamiento de su productora, Infinity Hill en Noviembre del año pasado. “20 años después de estar en relación de dependencia, a una edad adulta (“yo tengo 47” aclara entre risas), abrirte sólo, salir de la zona de confort. Fue un momento importante”.

Sobre los desafíos que tuvo que superar en su carrera, dice que no hay uno específico y que prefiere enfocarse en el aprendizaje de cada etapa. “En ese sentido, creo que los fracasos son mucho más útiles que los éxitos. Los éxitos te construyen porque te dan un perfil alto y te permiten tener herramientas para pararte y que la gente te avale. Pero en los fracasos es donde te podés capitalizar mucho más. Entonces te diría que reponerse de los fracasos es el mayor desafío” y aclara enseguida “con fracaso me refiero, por ejemplo, a una película que no funcionó como esperabas o no te gustó cómo quedó, aún cuando fuera exitosa. Ahí te queda una espina clavada, porque las películas te persiguen por el resto de tu existencia”.

Y hablando sobre el porvenir y pensando en los siguientes pasos en su carrera, se mostró feliz y completo con su presente. “Lo que estamos viviendo ahora con mis socios en Infinity Hill, Cindy Teperman y Phin Glynn, que es tratar de construir proyectos muy diferentes y diversos en lugares distintos, es lo que más estoy disfrutando como loco y en lo que más quiero profundizar. A mí, la diversidad y trabajar con directores muy diferentes con formas narrativas distintas y con ideologías muy diferentes, me resulta siempre muy seductor. Me nutre mucho más trabajar con gente con la que no pienso igual, que con la que ya sé que pienso parecido” resume sobre su presente y futuro.

Claro que, si de presente hablamos, resulta ineludible atender a la cuestión de la pandemia, algo que atraviesa a toda la humanidad sin distinciones y de lo que ni Kuschevatzky mismo pudo salvarse. “Las producciones que teníamos en un estado muy avanzado, en pre-producción, las tuvimos que parar por el coronavirus. En esa instancia está una película británica ambientada en Camboya llamada “Hunters in the Dark”, basada en un best seller de Laurence Osborne, que tuvimos que freezar a la espera de que se modifique la situación” comenta. Sin embargo, cuenta con orgullo que el mismo equipo que era parte de esa película, lejos de quedarse quieto, aprovechó la oportunidad para seguir en acción y adaptarse al cambio de reglas que trajo el COVID. “Hicimos “Staged”, una serie de televisión de 6 capítulos grabada remotamente con celulares y con Zoom, en Inglaterra, protagonizada por Michael Sheen y David Tennant, que cuenta con participaciones de Samuel L. Jackson y Judi Dench”. “Se la ofrecimos a la BBC que nos compró la serie y hoy se está vendiendo muy bien en un montón de países”, cuenta al pasar. “Actualmente ya existen protocolos, hay países que están saliendo del “deshielo”, y ahora sí estamos empezando a poner fechas a proyectos en distintos países”.

Axel Kuschevatzky en BACKSTAGE 2020, organizado por VERBO

Justamente, algo de ésto nos adelantaba Axel, en su participación en BACKSTAGE 2020 (ver su participación aquí), el evento que organizamos desde VERBO a mediados de Julio, en el que compartió panel con Benjamín Vicuña, Mercedes Morán, Mora Godoy, Fernando Sokolowicz, Diego Radivoy, Sebastián Blutrach y el español Jesús Cimarro, cuyo tema central giró entorno a la situación de la industria del entretenimiento en el mundo y las alternativas para su recuperación. Para el productor argentino, el impacto real de la pandemia debe analizarse desde dos aristas. “Una tiene que ver con los cambios naturales en el proceso de producción y la forma en que eso seguirá alterado, aunque sólo por un tiempo. Entendemos que, eventualmente, cuando salgan las vacunas y con la aplicación de protocolos, lentamente vamos a ir hacia un modelo de producción cada vez más parecido al que había antes de la pandemia”. “Distinto es la exhibición y el consumo. No está tan claro qué efecto van a tener estos casi 6 meses en los que la gente no fue a las salas y consumió contenidos todo el tiempo desde su casa. No sabemos si se mantendrá esta conducta del contenido on demand desde casa o, si el día que puedan volver al cine, saldrán desesperadamente de las cuatro paredes para meterse a una sala”, destacó, al tiempo que resaltó que en su opinión el cine volverá y con mucha fuerza, pero con un sistema diferente. “Los productores y los distribuidores van a pensar muy bien qué películas merecen o no merecen ir a una sala de cine y qué películas tienen la convocatoria o el perfil para llevar gente a las salas. Porque también la pandemia va a tener una suerte de estrés postraumático que va a afectar mucho a los mayores de 50, que probablemente duden mucho antes de volver a las sala. Son un público para el que existía un cine muy específico, un cine adulto, un cine de autor, que seguramente le cueste mucho más volver a llevar público a la sala, si no es una película grande producida por un estudio de Hollywood o una película independiente con mucho presupuesto. Eso sí va a tener un impacto en la producción y en cómo se piensan las películas. Creo que ese efecto va a ser más duradero, aunque hoy es indescifrable” completó.

El otro gran tema que se desprendió del evento mencionado anteriormente y que hizo las veces de hilo temático conductor, fue el estado de la industria cinematográfica argentina, la cual se encuentra atravesando una enorme crisis, aunque se vislumbra una incipiente recuperación de la mano de las nuevas regulaciones que permiten, por ahora, sólo el streaming. Sin embargo, según destaca Kuschevatzky, el problema es anterior a la pandemia y tiene que ver con cuatro cosas que él define como importantes y que hay que destacar. “La primera es que si vos vivís en un país con el nivel de inflación que tiene la Argentina, de casi el 50% anual, el principal problema que tenés, no ya solamente para el cine sino para cualquier industria, es la falta de previsibilidad. No tenés manera de asegurarle a alguien que invierte si va a tener o no la posibilidad de recuperar esa inversión”, remarcó. “El cine argentino tiene que dejar de depender exclusivamente de la Argentina para existir. Si depende de la economía, escala de mercado y del contexto argentino, no se puede hacer más cine en la Argentina. Bajemos la persiana ahora, ni más televisión, ni más contenidos, porque no lo podés hacer”, advirtió y continuó con un ejemplo: “Si vos tenés un 50% de inflación anual y una película tarda 2 años en producirse, entonces tenés que duplicar en ingresos la plata que costó hacer la película, sólo para empatar los costos de producción, sin tener en cuenta todos los otros. Es irracional. En ese esquema, depender sólo de la Argentina implica no poder hacer más cosas en la Argentina”.

El segundo obstáculo que destacó, es la ley que regula la industria. “Es una ley que era “de avanzada” en 1995. Es decir, durante muchos años fue una norma espectacular, pero es una ley que no contempla la existencia de internet, que habla de videoclubes, que prohíbe exhibir una película en televisión hasta dos años después del estreno en cines y un montón de cosas que ya no tienen más nada que ver con la realidad. Eso implica que hay que sentarse y charlar sobre cuáles son las regulaciones adecuadas”.

La tercera es una realidad: los fondos que genera hoy la Ley de Cine, tienen un límite. Hay una lógica de cómo se usan esos fondos, que hay que repensarla. Nos guste o no nos guste, como no son ilimitados, en algún momento afectan a alguien. No se puede pensar en un manejo lógico de esos fondos, esperando que todo el mundo te quiera. Al haber un límite de fondeo, desde el momento en el cual vos estableces una política que le pone un techo a esos fondos, siempre va a haber alguien que te odie. Ésto hay que saberlo y es inevitable, no se puede hacer feliz a todo el mundo todo el tiempo”, resaltó.

Por último, el cuarto punto trató sobre la forma en el que el estado argentino apoya, promociona y fomenta el cine local. “Argentina tiene el mismo modelo de pensar la creación de cine, hace 25 años. No existen beneficios fiscales para la producción audiovisual, que es el modelo que tienen la mayor parte de los países en el mundo, incluso los países en los que éstos conviven políticas de subsidio (como tiene Argentina) o fondos de mecenazgos. Los beneficios fiscales van por un costado muy industrial y los demás van por un costado más cultural. Inglaterra, España, Francia, Australia, Alemania, Colombia, Brasil, Chile, México, tienen los dos modelos. En Argentina no. En Argentina sólo hay subsidios y parece que el sector tiene muchos problemas en discutir un modelo en donde exista el beneficio fiscal. El resultado de eso es que muchas empresas productoras extranjeras no filman en Argentina por la inestabilidad económica, la distancia que genera mucho gasto y por no tener este tipo de beneficios. Simplemente les conviene ir a filmar a otros países. Hasta Uruguay, que tiene incentivos fiscales, es más conveniente”.

Una vez concluido su análisis, la pregunta “¿Cómo lo superamos”, no tardó en llegar. “Empezando a tener las charlas, en forma adulta, que el sector se merece y entendiendo que tenemos que discutir cuál es el mejor ecosistema para generar actividad económica y fuentes de trabajo, independientemente del sesgo o el target que tenga cada proyecto, incluso si eso implica mantener el statu quo. Pero hay que acordarlo”, cerró.

Finalmente, no quisimos dejar escapar la oportunidad de conversar sobre el increíble éxito que está teniendo el estreno del documental “Nasha Natasha” en Netflix, del cual Kuschevatzky fue productor. Consultado sobre su rol, el argentino destacó: “En términos generales fue lo que trato de hacer en todas las películas, ser un sparring de los directores a la búsqueda de la mejor versión posible de esa película e intentar que llegue a la mayor cantidad de gente posible, al mismo tiempo”. “Yo fui productor, no estuve en el rodaje. Llegué cuando la película estaba en un proceso de montaje. Había habido una primera versión que se estrenó en el Festival de Moscú en 2016, muy diferente a la actual. La ví y me pareció muy atractiva. Charlé con Natalia y con Martín, algunas sugerencias mías de montaje, pero eso más como un amigo y dando una opinión. Martín siguió trabajando todos estos años en el proyecto, grabando más cosas, cambiando y reeditando un montón, un poco a partir de nuestras conversaciones”, contó.

“Cuando llegamos a Noviembre del año pasado, yo ya como Productor, les dije que se me ocurría que el camino del documental tenía que ser a través de una plataforma y no del cine, y ellos estuvieron de acuerdo”, comenta. “El proceso de estrenar en Netflix surge como consecuencia de esa charla. Acabábamos de lanzar Infinity Hill y fue parte de esa lógica de pensar de qué manera podíamos llegar a mucha gente al mismo tiempo. Sabíamos que estrenar un documental en cine es muy complicado y que tiene un recorrido más corto. Fue entonces cuando optamos por esa plataforma, que en cuanto la vieron tuvieron mucha fé y la aceptaron como la mandamos, así que fue una muy buena experiencia”, rescata entusiasmado.

La película documenta la maratónica gira de Natalia Oreiro por Rusia, en el año 2014 y genera en quienes la ven, una vinculación instantánea. “Lo primero es que creo que es emocionante. Lo ves y te llama la atención y conecta. Es muy interesante ver a Natalia que es una figura increíblemente empática, atravesando momentos muy íntimos, ante un contexto tan exótico para los argentinos como es Rusia”. “También, abre mucho desde lo periodístico. Todo el mundo escuchó que Natalia Oreiro era una figura reconocida en Rusia, pero nadie lo había visto a este nivel”, remarca. “Pero además, estás viendo a una madre profesional teniendo que cubrir esos dos aspectos de su vida. Creo que en ese sentido, es muy feminista la película. Registra sensiblemente ese dilema femenino de la vida cotidiana, contado en primera persona y eso abre mucho lo que se está contando y la discusión actual en distintas partes del mundo y especialmente en Argentina”, reflexiona. “Fue una maratón para Natalia y Martín, porque se pasaron un mes recorriendo Rusia en avión, tren, micros, con un ritmo de trabajo muy fuerte. Natalia estaba en plena etapa de lactancia y tuvo que dejar a su hijo con su marido, porque no podían atravesar Siberia con un nene chiquito a 30 grados bajo cero. Fue muy extremo y todo eso se ve en lo que a Nati le pasa en la película, los sentimientos de culpa o soledad en momentos determinados, lo que hace un retrato íntimo muy interesante”, destaca.

Al mismo tiempo, repara en que el estreno propone a la gente, en cierta forma un viaje en un momento en el que la gente no puede salir de su casa. “Hay un elemento que tiene que ver con esta frustración que todos tuvimos en estos seis meses de encierro, sobre el que la película hace un poco de catársis”.

Sin esquivarlo, resalta que hay algo que tiene que ver con la llegada que tiene Netflix. “Hoy llega a todo el mundo, al mismo tiempo. Eso fue parte de lo que nos llevó a empezar las charlas con ellos. Nos parecía muy importante que, teniendo Natalia un recorrido internacional tan fuerte, esta historia le llegara a gente que la sigue en lugares tan disímiles”, cuenta.

Los resultados están a la vista: Nasha Natasha estuvo una semana en el Top 10 de Netflix en Argentina y en Rusia, y lleva dos semanas en los dos o tres primeros puestos en Uruguay. “Por lo que sabemos, es algo muy inusual para un documental, sobre todo para uno local. Suponíamos que iba a gustar porque nos parecía llamativo y sabíamos el nivel de convocatoria que genera Natalia, pero no imaginábamos que iba a tener este recorrido tan extenso. Suponíamos que tenía potencial, pero no imaginábamos que tendría esta vida y estas devoluciones tan apasionadas por parte de la gente”, cuenta al tiempo que deja escapar otra risa. “Que haya pasado ésto nos pone muy felices a todos, porque supera todas nuestras expectativas, así que la verdad es que estamos saboreando cada segundo de ésto”, cierra.

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