Diego Laje en BRINDAR!

VERBO
9 min readJul 8, 2021

Nuestro séptimo invitado a “BRINDAR! VERBO en Casa Cavia”, es Diego Laje. El periodista argentino, egresado de la carrera de Ciencia Política en la Universidad de San Andrés, vivió doce años en Hong Kong y dos en Taiwán desde fines de los 90’s. después de ganar una beca para aprender chino en Taiwan en 1997, por lo que admite que ya es mitad asiático, mitad occidental.

Durante esos 14 años en Asia se desempeñó como reportero de varias cadenas internacionales, entre ellas CNN. Actualmente es corresponsal para Argentina de esa cadena y columnista del canal de noticias LN+.

Si querés ver su entrevista en video, podés hacerlo en nuestro canal de Youtube.

Con ustedes, Diego Laje.

Maximiliano Sardi: Estamos con Diego Laje, periodista, corresponsal de CNN y columnista de LN+. ¿Cómo ha sido después de mucho tiempo en el sudeste asiático volver a Argentina? ¿Cómo encontraste al país? ¿Cómo es ese cambio cultural que imagino importante?.

Diego Laje: Fue una montaña rusa, te diría, porque llegué en 2015, ví el final del último gobierno de Cristina Fernández, luego ví la elección de Mauricio Macri y todo su gobierno, y ahora estoy viendo el principio del gobierno de Alberto Fernández. Una montaña rusa porque la Argentina venía en baja cuando yo llegué, después hubo una gran expectativa que generó el gobierno de Mauricio Macri, luego hubo una gran decepción con la crisis del 2018 con el gobierno de Mauricio Macri y finalmente llegó un nuevo gobierno con muchos signos de pregunta y les llegó esta pandemia.

MS: Un cúmulo de decepciones (ríe). ¿Vos lo vivís así también? ¿Te arrepentís de haber vuelto?.

DL: Hay lugares que no paran de sorprender. Podría ser China, podría ser Japón, Tailandia. Hay lugares que, realmente, no paran de sorprender. Y hay lugares que no paran de decepcionar. Siempre la Argentina tiene una decepción más para vos.

MS: Bueno, pero periodísticamente es todo lo contrario. Todos los días te da algo para hablar. No sé si en otros lugares del mundo sucede que sea tan montaña rusa, que podamos tener mañanas, tardes y noches tan distintas periodísticamente.

DL: Esto ya es demasiado (ríe), esto ya es demasiado definitivamente. Hay varios elementos. Por supuesto que desde lo periodístico está bueno, porque lo mejor que tiene Argentina, que en realidad es muy malo para el país, pero muy bueno para los periodistas, es que todo el mundo habla con periodistas. Todos aquellos funcionarios que en el mundo no hablan, como presidentes de bancos centrales, jueces, los fiscales no porque hablan en todos lados, otros funcionarios importantes de la justicia, ciertos funcionarios de muy alto nivel que tienen la obligación de no hablar con la prensa, acá hablan. Entonces, siempre está bueno y siempre te da tema, lo malo es que eso tiene consecuencias para la Argentina. Desde una visión tremendamente internacional, porque yo pasé casi toda mi vida fuera del país, estaría bueno que se calibre mejor entre los funcionarios. Como periodista está buenísimo porque, como vos decís, tenés tema a la mañana, al mediodía, a la tarde y a la noche. Utilizando tipos de análisis del exterior, siempre es bueno que la noticia se mueva: “pasó tal cosa” o “se sumó tal reacción”. Eso va sucediendo durante el día y eso te agrega una dimensión narrativa y periodística que está buenísima. Otro país que es así es India, también Tailandia. Mucha gente piensa que las cosas que pasan en Argentina sólo pasan en Argentina; pasan en todos lados. India tiene esto.

MS: Además, laboralmente imagino que te permite, trabajando para distintos medios como en tu caso con LN+ y CNN, ponerte distintos chips, jugar de distintas maneras. ¿Sigue habiendo hacia afuera un estilo CNN más al centro y por ahí otro estilo más petardista localmente?.

DL: Primero te voy a decir que es una pregunta recontra interesante para laburar. Tomemos el caso de una nota que publiqué hace relativamente poco, que fue la última noticia sobre Argentina que estuvo en la portada de papel del Washington Post. Es una nota sobre el aporte voluntario a las grandes fortunas, el denominado “Impuesto a la Riqueza”. Hay varias dimensiones para atravesar la pregunta que estás haciendo, que es recontra pertinente. Vayamos a la cobertura de mi nota que es quizás lo más interesante. Fue portada de papel del Washington Post, el diario político del mundo, el diario que leen todos los del FMI, todos los de la OEA porque están ahí, en Washington, es el diario de ellos; es el diario que leen todos los grandes diplomáticos del mundo, especialmente los principales embajadores de todo el mundo que están en Washington porque es la capital política del planeta. Obviamente repercutió en Argentina. Lo que es interesante es que en ambos lados del periodismo o en ambas alas del periodismo argentino repercutió “positivamente”. Cada uno vio la nota que escribimos, y digo “escribimos” porque en los diarios grandes nunca escribís sólo, según su propia visión de la Argentina. Pero acá quiero decir Infobae la vio de una manera particular y Tiempo Argentino también la vio de una manera particular, y cada uno la interpretó según su visión. Eso te da la pauta de que la escribiste bien.

MS: ¿O sea que no es lo suficientemente clara que cada uno puede tener su visión?.

DL: Ninguna publicación argentina la criticó por berreta, primero, y aclaremos que fue una nota con 19 entrevistas, durante cuatro meses de trabajo, para una entrevista en una portada de un diario.

MS: Pero lo tomo del otro lado. Generalmente, cuando uno hace esos análisis tiene las dos campanas. Sigue cumpliendo con eso: “pasa esto y también pasa esto”. Después uno hace una lectura selectiva de eso y el que quiere se queda con el dato que más lo representa.

DL: Había elementos representativos de cada ala del periodismo argentino y eso es lo más importante.

MS: Y en el periodismo local, la posición intermedia, el balance, ¿quién te lo da?.

DL: No puedo contestar por otros periodistas, pero sí puedo contestar por lo que yo digo. Hoy, por ejemplo (martes 13 de abril de 2021), conferencia de prensa de la Ministra de Salud, Carla Vizzotti, un cronista de Radio 10 hace una pregunta sobre la campaña de desinformación de la vacuna china, pregunta que la Ministra agradece al cronista. Para los que nos están viendo y quizás no siguen al detalle los medios, Radio 10 estaría más bien alineados con el gobierno. Por el contrario, en La Nación, estaríamos más bien no alineados con el gobierno. Sin entrar en el chiquitaje de los medios, un cronista habla de una campaña de desinformación, la Ministra obviamente se hace eco de ese comentario y devuelve una respuesta. Lo que yo te puedo decir que yo, cada vez que mencioné la vacuna china dije “Sinovac”, que es la que tienen en Chile; en Argentina tenemos la Sinopharm. Las vacunas chinas, por su denominación que siempre es “Sino algo”, deberían haberlas llamado azul y amarillo o blanco y negro o uno y dos, pero algo que no se mezcle, porque se dan estas confusiones y es muy importante mantener el rigor periodístico. Ahora, siempre es importante decir “los datos son estos” y eso es lo que yo, al menos, hago: primero lanzo, vomito números en pantalla y después de llenarte la pantalla de números y datos indiscutibles, puedo o no meter un comentario editorial diciendo “esta es mi opinión o lo veo así”.

MS: Es casi una deformación profesional de los últimos años, pero por otro lado reclamada también por el público. No sé si lo sentís así en cuanto a la manera en que trabajamos. Si uno es demasiado “corea del centro” el mismo público te reclama que te la juegues, ¿no?.

DL: Sí, es cierto. Pero también muchas veces hay que dejar que los datos hablen por sí mismos. Vos me vas a ver en redes sociales, me habrás visto mi cuenta de Twitter y cada tanto digo algo feo contra algún político, un funcionario, una persona que particularmente está gestionando esta crisis sanitaria que tenemos. Canalizo mi frustración. Veo que hay enormes incompetencias y no me las reservo. Ahora, hay dos maneras distintas de canalizar tu frustración. Una es “yo opino que lo estás haciendo mal porque yo lo opino así” y otra es “mirá, estoy viendo que lo hacés mal porque en la esquina lo están haciendo de otra manera y les va mejor”.

MS: ¿Estamos para eso? ¿Para decir que este está mal, que aquel está bien? Y si no lo hacemos y sólo contamos noticias o abrimos el micrófono, ¿atrasamos periodísticamente? ¿Ese modelo, el del presentador de noticias, es viejo?.

DL: Muy interesante. A mí me parece que es absolutamente un mix. Si vos me ves en un programa cualquiera, vas a ver que recorro todos los personajes y me pongo todos los sombreros. En un minuto me dicen qué pasó y ¡pum!, dato, dato, dato, dato, dato y cierro. El epítome puede ser la cobertura de las elecciones recientes en Perú y en Ecuador con la victoria del presidente Lazo como nuevo presidente anti-correísta, anti eje bolivariano. Se dio la cobertura en el último programa que hicimos, en distintas etapas. La primer etapa fue la información básica que cualquiera necesita saber. Después, en una segunda etapa del programa, volvimos al tema y el programa giró sobre las distintas posturas de los analistas. Y en la tercera etapa recién vino el comentario del estilo “me siento más cómodo con un presidente que no se congracia con un conjunto de políticos que le hacen la vista gorda a violaciones serias de los derechos humanos”. Ahí tenés un comentario editorial, pero hay formas y formas de hacerlo.

MS: En tu experiencia personal y en tu forma de vivir el día a día, ¿te exige cambiar de sobreros? ¿Cómo lo resolvés en el día a día a esto de ser distintas personalidades?.

DL: Es dificilísimo ser distintas personalidades en el transcurso un minuto. Hay varios elementos comunicacionales que hay que resaltar. El primero es el tono de voz, porque la gente que nos está viendo en cualquiera de estas cámaras que nos rodean, en realidad está escuchando mi texto en un 20 %. El 80% de lo que recibe de mí es el tono de voz, mi posición, mi cuerpo, son todas cosas distintas. Uno en televisión tiene que usar ese 80%. Aplicar cambios en el tono de voz y en el cuerpo, aunque esto último es muy difícil en un estudio de televisión en el que uno está sentado, con algo adelante. Pero uno tiene que saber utilizar el tono de vos, primero, porque es importantísimo, segundo las expresiones faciales, que son parte de lo que vos hacés como comunicador…

MS: Y te divierte…

DL: Tenés que entender que te funciona.

MS: Pero más allá de eso, en lo personal, porque uno a veces puede funcionar, pero más allá de eso está que el feedback emocional de uno mismo sea positivo. ¿Vos cómo lo vivís?.

DL: Creo que el clásico de mis videos en joda antes del momento de televisión argentina con más rating, que es el pase entre Jonatan Viale y Eduardo Feimann, justo antes, todos los días, doy un video en joda. Un video de noticias, pero… “bueh”. Me divierte jugar, era un personaje que yo no conocía, es una forma de trabajar la información que yo no conocía. Acordate que yo cubrí guerras y desastres, estuve parado bajo fuego, en situaciones en las que estaba con un chaleco antibalas puesto y absolutamente seguro que tenía un francotirador apuntándome a la cabeza. Entonces, de esa situación y cómo pasas la noticia ahí, es muy claro cómo la vas a pasar: ni te vas a reír. Estás en una situación de presión extrema. Recordá que, hace 10 años, cuando estábamos recorriendo la zona de Fukushima, no sabíamos si llegábamos vivos al fin de semana porque había riesgo, no real pero sí percibido, de que ya estábamos irradiados y nos moríamos. De ese periodista, pasar a un tipo que recorre el mundo en busca de un video, una noticia, un detalle que relaje la tensión noticiosa antes de otro momento de tensión, es un trabajo muy grande para uno, de reconversión, de aprender, de explorar. Yo estoy re agradecido con todo el equipo, con el canal, con la producción, con Eduardo Feimann, que entendieron que había un trabajo que yo tenía que hacer, un salto en lo personal como persona y como periodista. Y lo disfruto un montón. Por supuesto, siempre está meter un bocadillo que te haga sonreír, pero que no te haga caer al piso de la risa. Yo soy un periodista, yo narro no ficción y yo no se supone que soy gracioso ni quiero serlo. Simplemente es un relaje, un momentito y después seguimos.

MS: Gracias, Diego.

DL: Gracias, Maxi.

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VERBO es una agencia boutique de Prensa, Comunicación Estratégica y Manejo de Crisis, con 28 años en el mercado argentino y dirigida por Mariela Ivanier.