Federico Pinedo en BRINDAR!

VERBO
10 min readJul 8, 2021

Federico Pinedo, nuestro sexto invitado a BRINDAR! VERBO en Casa Cavia, es un abogado y político argentino, perteneciente al partido Juntos por el Cambio.

Ocupó el cargo de Presidente provisional del Senado de la Nación desde el 3 de diciembre de 2015 hasta el 10 de diciembre de 2019. Por 12 horas, hasta la jura de Mauricio Macri tuvo a su cargo el ejercicio del Poder Ejecutivo de la Nación Argentina. Además, fue Diputado Nacional en el período 2003–2015 y es socio fundador en Pinedo, Huici & Asociados.

Si querés ver su entrevista en video, podés hacerlo en nuestro canal de Youtube.

Con ustedes, Federico Pinedo.

Maximiliano Sardi: Estamos con Federico Pinedo, ex Senador Nacional, legislador ininterrumpido desde 2003. ¿Lo extrañas?.

Federico Pinedo: No, no, fueron muchos años. Estuve, primero, durante todo el kirchnerismo, entré cuando ganó Néstor Kirchner a la Cámara de Diputados. Salí de la Cámara de Diputados cuando ganamos nosotros y estuve 4 años en el Senado, durante el gobierno de Macri, como Presidente Provisional del Senado. Fui oficialista sólo 4 años de los 16 que estuve en el Congreso.

MS: ¿Qué etapa destacas más? ¿Te divertía más estar en la vereda de enfrente?.

FP: Mucho mejor en el gobierno. Yo tenía un amigo mío que me decía que “hay partidos de izquierda y hay partidos de derecha. Los partidos de izquierda son los que les gusta ser oposición y a los de derecha les gusta ser oficialismo”. Por ejemplo, el Partido Comunista ruso o chino, ahora, son de derecha, porque les gusta tener el poder, y hay otros partidos que les gusta ser opositores. A mí me gusta construir desde el poder, sin dudas.

MS: Volviste a la abogacía.

FP: He vuelto a la abogacía, que es una vocación linda que tengo. Siempre me gustó ejercer la profesión, así que estoy de vuelta estudiando.

MS: ¿Cómo es volver a eso, a agarrar los libros?.

FP: Fue raro, porque terminé el Senado y me puse a armar un estudio. Yo había destruído, en mi gestión parlamentaria, todo lo que había hecho antes profesionalmente, así que empecé de cero nuevamente. Cuando instalamos la oficina con un socio nos agarró el covid (ríe), así que creo que el año pasado fui a mi oficina tres veces. A pesar de eso ya estamos tomando ritmo y ocupándonos de temas. A mí me interesa, son desafíos que un construye, en este caso, desde lo privado.

MS: ¿Creés que, en general a la gente de Cambiemos o el PRO específicamente, que ocupó cargos de segundas líneas, les pasa lo mismo que a vos que, cuando vuelven a la función privada, se replantean qué hicieron los últimos años en su función pública?.

FP: Mmm, no. Yo tengo claro lo que hice. Yo hice política casi todo el tiempo. En la primera parte, como oposición al gobierno de Néstor y después a los dos gobiernos de Cristina, fue una cosa casi de combate, con algunos momentos muy duros como el conflicto agropecuario, el memorándum con Irán y lo ocurrido con Nisman. Hubo momentos difíciles. Lo que hice fue defender las instituciones en las que creo mucho. En la vida lo que hay buscar es la cooperación y construir confianza, y las instituciones son las grandes generadoras de confianza, las que te dicen que las cosas van a ser de una determinada manera. Por eso, cuando se rompen las instituciones, a mí me parece un acto criminal, porque se rompen por un beneficio de corto plazo, pero estás perjudicando el largo plazo de tu país. Instituciones como la moneda, que es un mecanismo de organización de la sociedad, o como la justicia. Esas son las cosas que hay que cuidar para generar confianza, para poder cooperar y para poder construir. La alternativa a eso es la guerra permanente, el insulto, la destrucción y no la construcción.

MS: Pero la política está muy argumentada sobre esas bases, ¿no?. Potenciada por la grieta. ¿Creés que es posible buscar consensos en este momento?.

FP: Es imprescindible buscar consensos. Muchos dicen que es imposible, pero es imprescindible (ríe). Sino la Argentina no puede funcionar.

MS: ¿Cómo se logra? Porque estamos en un año electoral, parecería que “garpa” más ser halcón que paloma, es decir, que tender puentes.

FP: Hay dos sectores muy radicalizados en la política. Uno es el kirchnerismo duro y otro es el macrismo duro, entonces muchos de esos sectores, que deben ser un 20% de la población cada uno, creen que el otro es el enemigo irreconciliable, que hay que destruirlo. Incluso, creo que son más chicos que el 20%, pero son grupos importantes. Las posiciones extremas a esa gente la movilizan mucho. En el medio están los argentinos que no se ocupan mucho de la política, que quieren hacer su vida privada, progresar, educar a sus hijos y trabajar, y esa gente necesita la zona de consenso, la que te permite cooperar y no destruirte. La política son las cosas: la pelea por un lado, pero también la construcción por el otro. Sin construcción no hay nada.

MS: ¿Qué creés que se está construyendo? ¿Qué rescatarías de este momento?.

FP: Siempre hay cosas para rescatar. Somos un gran país, la Argentina es un gran país. Nos estamos convenciendo muchos de que somos una porquería, de que no tenemos destino, de que no podemos mejorar, de que las cosas que van bien no son para nosotros, de que nuestros hijos no tienen destino acá. Yo creo que eso no es así, que es un error. Creo que lo que no hay es un liderazgo constructivo. Me parece que el gobierno puso en stand by la política y la economía en la Argentina hasta la elección. Como que en política lo que vamos a hacer es pelearnos, demonizar al otro y en economía tapar el sol con la mano y tratar de que la bomba lo explote, y eso es una pérdida de tiempo terrible en medio de una crisis enorme que tiene la Argentina. Pocas veces en nuestra historia tuvimos el nivel de pobreza que tenemos en este momento.

MS: ¿Y cómo se soluciona? Porque Mauricio había puesto como meta terminar con la pobreza, sostenía que terminar con la inflación era relativamente sencillo.

FP: Yo soy crítico en ese punto. No pusimos como primer tema económico terminar con la inflación. Creo que se impuso una idea de que íbamos a terminar con la inflación en cinco o seis años y poco a poco nos íbamos a ir arrimando al equilibrio y lo que sucede cuando hacés eso es que tenés que hacer todo bien y el contexto tiene que ser todo perfecto durante seis años.Y en el mundo contemporáneo el contexto no es perfecto y uno tampoco hace todo bien, entonces no llegas al final.

MS: Argentina necesita un shock entonces…

FP: Para mí no cabe ninguna duda. Está muy estudiado esto en la economía, que las políticas antiinflacionarias ponen por un lado limitaciones, no gastar más de lo que tenés y no emitir más billetes que los que la gente demande para su vida real, y por el otro lado tiene un elemento más expansivo que es el crecimiento económico, como se vió en la convertibilidad.

MS: ¿En contexto pandémico es posible o Argentina tiene demasiados escenarios de conflicto abiertos?.

FP: La Argentina puede crecer mucho más y podría haber decrecido mucho menos. El año pasado se destruyeron el 10% de todo lo que producimos, en un sólo año. Es una cosa tremenda. Perdimos un millón de puestos de trabajos, un millón de personas sin trabajo y no sé cuántas familias. Eso se podría haber mitigado si vos generas buenas señales de largo plazo que, de vuelta, construyan confianza. Por eso nosotros le ofrecimos el año pasado al gobierno un acuerdo político desde las fundaciones de los partidos políticos de la oposición, en un grupo que me tocó dirigir y que llamamos el “Grupo del Día Después”, para hacer cuatro acuerdos para el día después de la pandemia, para generar una visión de más largo plazo que genere confianza.

MS: ¿Creés que el día después de la pandemia eso será posible? ¿Qué escenario imaginás vos?.

FP: Yo creo que hay que hacerlo antes, para que cuando llegue el día después ya estemos encaminados para arriba y no para abajo. Pero evidentemente vamos para abajo.

MS: Has trabajado mucho con Patricia y has hablado mucho con Mauricio y me hablabas antes de los núcleos duros. ¿No terminan ganando la pulseada discursiva esos núcleos duros? ¿No terminan potenciando la grieta?.

FP: Lo que pasa es que hay sectores que son antisistema, sectores muy minoritarios, pero muy intensos, que quieren cambiar el sistema democrático, que no haya libertad de expresión, que los jueces dependan del poder político, cosas que van en contra de la Constitución. Frente a eso, ¿qué tenés que hacer?. Tenés que oponerte duramente, porque el tratado de paz de los argentinos es la Constitución Nacional. Si nosotros no defendemos eso duramente, queda la ley de la selva, la ley del más fuerte, la violencia. A eso es a lo que no tenemos que llegar. Tenemos que trabajar dentro del espíritu de la Constitución. Dentro del espíritu de la constitución hay que construir diálogo y consenso, fuera de eso no. Hay sectores nuestros que, como hay sectores muy intensos del otro lado, tiene que haber sectores muy intensos de este, es un tema de equilibrio.

MS: Yo recuerdo un evento que habíamos hecho para Revista Noticias a fines de 2018, con con vos y con Pichetto, donde él era la otra parte, la voz dentro del peronismo. ¿Imaginabas en ese momento que Pichetto podía terminar yendo, un año después, como vice de Macri y un año después de eso, seguir siendo uno de los principales defensores de las cosas que termina impulsando la oposición de Juntos por el Cambio?.

FP: No imaginaba que podíamos estar trabajando juntos. De hecho, yo ahora tengo una gran relación con Miguel y colaboro con él en lo que puedo. Pero de lo que no me cabía ninguna duda era que Pichetto era un político de Estado, en el sentido que lo que al tipo lo movilizaba era que a la Argentina le vaya bien en las grandes líneas y en el largo plazo. No le importaba tanto a él si era el gobierno de ellos o de la oposición. Ciertas cosas importantes Miguel siempre las defendía, incluso dentro del Senado, así que no me cabía duda que teníamos miradas en común en temas importantes.

MS: ¿A quiénes rescatas del oficialismo?.

FP: Yo rescato a un montón de gente que quiere vivir en un país democrático, con elecciones limpias, sin trampas. Que quiere vivir en un país con jueces de la ley y no jueces del poder, que quiere vivir en un país donde la gente tiene libertad para desarrollar su creatividad y sus iniciativas y producir lo más que pueda sobre una base de previsibilidad y estabilidad, con vínculo con el planeta, en mundo donde la revolución tecnológica es muy evidente.

MS: ¿Se traduce en nombres eso?.

FP: Absolutamente. Yo creo que la mayoría de la gente del oficialismo tiene estas miradas. Después tenés diferencias, donde unos dicen que es por acá o por allá. En la Argentina nos peleamos mucho por palabras más que por contenidos. Uno te dice “yo soy heterodoxo y vos sos ortodoxo”, son palabras. Ahora, concretamente, tenés que subirte al colectivo o bajarte. Yo creo que hay mucho espacio en la Argentina para construir. Yo fui Presidente del Senado, donde éramos minoría absoluta, con 15 Senadores sobre 72 totales, así que lo mío era construir acuerdos y confianza, y lo hicimos. Votamos cosas importantísimas con mayorías muy amplias, así que no me cabe duda que la mayor parte de los dirigentes políticos son tipos sensatos, pero bueno, hay que liberarse de los extremos.

MS: Y en ese liberarse de los extremos, hay muchos que insisten con que quizás estaríamos mejor si se jubilan por igual Cristina y Mauricio.

FP: No, son dos dirigentes importantísimos, indiscutiblemente. Son los que movilizan la mayor cantidad de gente individualmente como líderes políticos, así que me parece que los dos deberían ser parte de la solución.

MS: En ese jubilarse, ¿cuál es tu intención?.

FP: Quiero hacer una reflexión sobre los que quieren jubilar a Macri y a Cristina. Si vos querés dirigir un país, lo que tenés que hacer es ganar las elecciones, tener más apoyo que los demás. No se ganan elecciones jubilando al adversario, se ganan las elecciones ganando apoyo popular. Así que, esos que la propuesta es jubilar al otro, me parece que no hay un camino sensato por ese lado. En lo personal, yo no me voy a jubilar nunca de la política porque empecé a los 15 años, así que me moriré con la política, ayudando desde donde pueda. En este momento no soy candidato a nada, no soy funcionario ni tengo un cargo de conducción de nada, pero voy a asesorar, a asistir, a pensar, a escribir, a dar charlas, a conversar, a unir en lo que pueda. Esa es mi función, creo.

MS: Muchas gracias, Federico.

FP: Muchas gracias a vos.

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